Life is a Circus

Los pianos públicos logran: toque en cualquier lugar, en cualquier momento

En los últimos años, los pianos colocados en público para que los toque cualquiera se han vuelto omnipresentes.

Ya le contamos la historia de Paul Barton, que arrastró un piano a la jungla para tocarles música a elefantes maltratados. Llevar un piano a la naturaleza no es tarea fácil. Pero después de 400 años de hacer música en todas partes, desde salas de conciertos hasta salas de estar, el venerable instrumento ha encontrado otro lugar de empleo. Cada vez más pianos han aparecido en lugares al aire libre, en ciudades de todo el mundo. Todo es parte de un movimiento para llevar más música al público. 

El movimiento del piano público puede haber comenzado en 1995 en Joshua Tree, California, cuando un artista local llamado Piano Bob (también conocido como Bob Fenger) donó un piano a la comunidad. Su objetivo era dejar que cualquiera que estuviera interesado tocara el piano cuando quisiera. 

O tal vez comenzó de manera más accidental, en Sheffield, Inglaterra, en 2006, cuando un hombre que compró un piano simplemente no pudo llevarlo a su nuevo hogar. Como experimento, lo dejó en la calle para que tocaran los transeúntes. Y muchos lo hicieron, durante muchos años, hasta que el piano, que había quedado a la intemperie, se desarmó. 

Este acto espontáneo bien pudo haber inspirado al artista británico Luke Jerram a iniciar el movimiento “Tócame, soy tuyo” en 2008. Jerram ha instalado más de 2000 pianos en más de 70 ciudades por todo del mundo, decorados por artistas locales y grupos de la comunidad, y con el mensaje “Tócame, soy tuyo”. La idea es simple: los pianos públicos son una invitación a comunidades e individuos a compartir su amor por la música y las artes visuales. 

El movimiento se afianzó en Montreal, la ciudad natal del Cirque du Soleil, cuando se colocaron dos pianos públicos en el distrito de la ciudad Plateau Mont-Royal en 2012. El músico local Patrick Watson fue el primero en tocar uno de ellos. Desde entonces han aparecido muchos más pianos en los barrios de la ciudad. 

De hecho, el movimiento se ha vuelto tan popular que el sitio worldpianos.org enumera 6652 pianos que el público puede tocar en todos los continentes del mundo. 

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