¿Qué es el arte? ¿Quién puede hacerlo? ¿Y quién decide qué constituye arte y qué no? Mierle Laderman Ukeles se ha hecho estas preguntas por más de 50 años. Ella nos desafía a repensar nuestra actitud para con los roles de género y el significado del trabajo de mantenimiento.
Como artista y madre en la década de 1960, Ukeles comenzó a cuestionar la distinción de la sociedad entre hacer arte “puro”, tradicionalmente un ámbito masculino, y el trabajo diario de mantenimiento, un ámbito en general de las mujeres y que se considera trabajo pesado. ¿Por qué –se preguntó– una debería considerarse una actividad de mayor importancia y la otra, a la que se le dedica mucho más tiempo, de poca o ninguna importancia?
En respuesta, escribió el Manifiesto para el arte de mantenimiento 1969 y comenzó su misión de animar al público a repensar su relación con el mantenimiento y los residuos. Su arte en vivo incluía limpiar exhibiciones y pisos en museos con público, con lo cual elevaba el mantenimiento a la categoría de arte.
Su arte relacionado con el mantenimiento tomó varias formas, entre las que se incluye fotografiarse a sí misma limpiando su casa, a lo que llamó Hago arte de mantenimiento una hora todos los días. Con el tiempo, comenzó a colaborar con el Departamento de Saneamiento de la Ciudad de Nueva York y sus trabajadores, y logró conocer en profundidad el sistema de saneamiento de la ciudad. Ella llama a la basura “el medio mixto definitivo”.
Al igual que Marcel Duchamp antes que ella, Mierle Ukeles nos desafía a repensar nuestra relación con el arte y el mundo material que nos rodea. Ella expande nuestra mente, nuestra percepción y los límites de la creatividad misma.