Life is a Circus

Artistas de todas partes están creando belleza a través del reciclaje de residuos

Desde vallas desechadas hasta bombillas usadas, todo sirve como material para instalaciones artísticas impresionantes.

La moda reciclada está dejando su huella en todas partes, pero es solo parte de una tendencia internacional en curso que busca reconsiderar nuestra relación con los residuos… de una manera hermosa.

Artistas y creadores de todo el mundo hacen que nos preguntemos cuánto desperdiciamos en nuestra sociedad cada vez más desechable y qué significa eso para nuestra relación con el mundo que nos rodea. Utilizando materiales como papel, cajas de madera, botellas de yogur, juguetes desechados y mucho más, han creado instalaciones fascinantes por todo el mundo.

En Sri Lanka, el artista Lalith Senanayake creó una escultura de elefante a partir de desechos plásticos que recogió en las playas de su zona. El artista indonesio Mulyana utiliza hilos y tejidos desechados para realizar instalaciones que representan entornos marinos. En Katmandú, los voluntarios utilizaron 100 000 bolsas de plástico de colores para hacer una escultura del Mar Muerto de veinte metros de largo y cinco metros de alto.

En Longwood Gardens, un jardín botánico en Pensilvania, el artista de iluminación Bruno Munro utilizó 65 000 discos compactos reciclados para crear brillantes nenúfares flotantes. El artista alemán Babis Panagiotidis creó “Trojaner”, un caballito de madera gigante hecho con teclas de computadora y cables desechados.

El artista Michael Kalish ha pasado años perfeccionando la técnica de torcer, cortar y remachar matrículas usadas para hacer retratos de íconos como Marilyn Monroe y los Beatles con estilo de arte pop. Su obra maestra es “reALIze”, una imagen de Muhammed Ali hecha con 1300 sacos de boxeo, ocho kilómetros de cable de acero y 1100 kilos de tubos de aluminio.

“Kolonihavehus” es una escultura al aire libre del artista estadounidense Tom Fruin, hecha de mil piezas de plexiglás recuperado. En la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2016, el arquitecto chileno Alejandro Aravena creó una instalación a partir de cien toneladas de residuos generados por la exposición del año anterior.

La lista continúa, pero en todos los casos el mensaje es el mismo. Nuestra cultura de consumo genera enormes cantidades de basura. En un nivel muy básico, estas instalaciones nos llaman a detenernos y a reconsiderar nuestra relación con el mundo material.

Y al convertir los residuos en arte, nos desafían a buscar la belleza más allá de lo efímero.

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