Life is a Circus

Un arte tan viejo como la civilización humana

Desde los comienzos de nuestra historia, hemos estado marcando las paredes con arte, poesía y más.

“Graffiti” es la forma plural de la palabra italiana “graffito”, que significa “pequeño rasguño”, y se refiere a las marcas que los seres humanos han hecho durante milenios en las paredes y otras superficies de piedra. En nuestro tiempo se ha convertido en un arte callejero urbano muy celebrado, pero sus raíces se remontan a la prehistoria, lo que revela que nuestro deseo de expresarnos y de dejar una huella puede ser una parte fundamental del ser humano. 

Podría decirse que los grafitis más antiguos que se conocen son las pinturas rupestres encontradas en varios lugares de Europa, que tienen más de 40.000 años. Estas escenas exquisitamente pintadas muestran una sofisticación de forma y color que sorprendió a los expertos cuando se descubrieron las cuevas en el siglo XX. Se ha dedicado mucho tiempo a tratar de descubrir por qué nuestros antepasados ​​descendieron a unas cuevas oscuras para pintar en las superficies de las rocas, y la explicación más popular es que se trataba de un tipo de ritual religioso destinado a ayudar en la caza. 

Pero existe una teoría: estas pinturas sobrevivieron porque se preservaron en espacios cerrados y sin aire, muy profundos. Es muy posible que nuestros antepasados ​​también pintaran en todas las superficies rocosas que encontraran al aire libre. Nunca podremos saberlo, ya que cualquier evidencia debe haber desaparecido con el correr de los milenios. Pero no es imposible de imaginar dado lo que sabemos de la historia del arte. 

El hábito de grabar palabras e imágenes en las paredes persistió a lo largo de las grandes civilizaciones tempranas. Los egipcios lo hicieron con jeroglíficos. La única fuente conocida de la lengua safaítica, una forma temprana de árabe, proviene de inscripciones en rocas y peñascos en Siria, Jordania y Arabia Saudita. Se sabía que los antiguos griegos y romanos, así como los pueblos de Sri Lanka y Mesoamérica, grababan mensajes en superficies de piedra por razones poéticas, personales y políticas. A veces, incluso, para hacer publicidad. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados grababan mensajes en los edificios del campo de batalla, incluida la famosa frase estadounidense “¡Kilroy estuvo aquí!”.  

Históricamente, el grafiti en su forma moderna se remonta a los días turbulentos de la década de 1970, cuando tenía una abrumadora orientación política. En la década de 1990, con el crecimiento de la cultura hip-hop a nivel internacional, el grafiti se alejó de la política para acercarse a forma de autoexpresión caracterizada por el tagging, una manera de hacer que el nombre y el trabajo del artista fueran visibles para más personas. 

En años más recientes, el trabajo de los grafiteros, que solía ser clandestino, se ha exhibido junto con el trabajo más formal de los muralistas. 

No es exagerado pensar que, en un futuro lejano, parte de ese trabajo sobrevivirá para contarles a nuestros descendientes quiénes éramos, al igual que las pinturas rupestres de antaño. 

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