El éxito de Tom Nash como DJ Hookie a pesar de su severa discapacidad física es profundamente inspirador, pero no es inusual. A lo largo de la historia reciente, artistas, atletas y otras personas han demostrado que la discapacidad no pone límites a la creatividad, el ingenio y los logros humanos.
Hellen Keller proporcionó un ejemplo revolucionario hace más de un siglo. Si bien nació sorda y ciega, se graduó en la universidad y se convirtió en una autora de renombre mundial. En tiempos más recientes, Stevie Wonder, ciego desde la infancia temprana, se convirtió en uno de los músicos más venerados de su generación.
Frida Kahlo, la célebre pintora mexicana, contrajo polio cuando era niña y luego sufrió heridas graves en un accidente automovilístico. Parcialmente paralizada y con un dolor constante, continuó creando lienzos notables a lo largo de su vida.
El periodista francés Jean Dominique Bauby sufrió un derrame cerebral a los 43 años y se convirtió en víctima del “síndrome de enclaustramiento”. Completamente paralizado, lo único que podía hacer era parpadear y, aun así, pudo escribir un libro, La escafandra y la mariposa, que luego se adaptó a la sorprendente película del mismo nombre.
Stephen Hawking se convirtió en el físico más importante del mundo a pesar de estar paralizado y de no poder hablar por la ELA. El presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt le ocultó al público estadounidense el hecho de que usaba una silla de ruedas e hizo que su país superara la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. En los deportes, atletas como la corredora Marla Runyan, la primera persona legalmente ciega en competir en los Juegos Olímpicos, y Bethany Hamilton, que continuó surfeando profesionalmente después de perder un brazo por un ataque de un tiburón, redefinieron los límites de lo posible.
Estas personas y muchas otras demuestran la fuerza del espíritu humano para superar los obstáculos y nos desafían a repensar la definición misma de discapacidad en primer lugar.